Ana Retamero, bióloga de profesión, es considerada por la crítica como una de las mejores fotógrafas de Europa. En esta entrevista nos aporta interesantes reflexiones acerca de la fotografía de naturaleza y también sobre la superación personal.
Ana, tu nivel fotográfico ha sido reconocido internacionalmente. ¿Cuanto tiempo has necesitado para alcanzar estas cotas de calidad?.
-Practicando la fotografía llevo sólo unos diez años, pero siempre he estado interesada en el conocimiento del medio natural, por eso cuando me animé a combinar ambas actividades y practicar la fotografía de la naturaleza, todo fue muy rápido porque sabía lo que buscaba.
¿De donde has sacado más provecho?, ¿de tu experiencia personal autodidacta, o de aprender técnicas y metodologías en cursos o en manuales especializados?.
-Nunca he hecho cursos de fotografía. Creo que la observación, la constancia y paciencia para repetir una toma hasta conseguir el resultado deseado ha sido mi estrategia. Por supuesto, hablar de fotografía con amigos, compartir trucos y consejos en foros también ha sido muy útil.
En tu trabajo se aprecia mucha creatividad. Esta virtud, ¿crees que se puede ejercitar y desarrollar, o es básicamente intuitiva?
–Lógicamente hay mucho de intuición y sobre todo de imaginación en la fotografía creativa, pero por supuesto se puede ejercitar. Ver fotos, reflexionando sobre los aspectos que le dan fuerza y que hacen que nos llame poderosamente la atención, nos ayudará a componer y a descubrir nuevas posibilidades para crear o continuar con nuestro propio estilo.
Con la era digital, ha surgido una generación copiosa de aficionados a la fotografía de naturaleza. Muchos críticos afirman que la gran mayoría de estos compañeros son más informáticos que fotógrafos. ¿Compartes esta opinión?, ¿crees que se limitan a captar realidades con equipos de mucha calidad sin aportar ningún toque artístico, enfatizando luego los valores positivos que tenga la imagen con el retoque?.
–No es del todo cierto, ya que la mayoría de las fotografías que nos resultan impactantes, ya fueron tomadas así en el campo y requieren de pocos ajustes fotográficos. Difícilmente una foto mediocre se convierte en una imagen espectacular con los retoques de programas informáticos, o al menos en la mayoría de los casos de fotografía de la naturaleza que conozco y que admiro.
¿Crees que en la actualidad se está dando excesiva importancia a la calidad de la imagen, con una atención casi obsesiva en el tamaño del píxel, y en cambio se aprecia menos el talento artístico?
–La calidad de la imagen es importante y necesaria para que tus fotografías puedan imprimirse, publicarse en revistas o participar en concursos, sin embargo el talento artístico y la creatividad del fotógrafo puede apreciarse aunque use una pequeña compacta.
Sorprende a muchos expertos tu capacidad creativa con la flora. Esta especialidad te ha reportado muchos premios. ¿Te empleas e instruyes a fondo con ello, o pesa más tu visión artística innata?.
–Bueno, siendo bióloga y apasionada a la Botánica es lógico que me interese fotografiar las especies vegetales. Una vez tomada la imagen clásica que representa bien a la especie, me gusta fijarme en sus estructuras geométricas o fractales, en los efectos que la luz crea al atravesar sus corolas, en su estrategia para adaptarse al medio. Cada especie es única y si la observas atentamente es fácil descubrir algún detalle que haga la toma algo más original.
La fotografía de naturaleza como actividad profesional, está sufriendo un declive total. Muchos profesionales que antes vivían de esta profesión, han tenido que derivar esta disciplina hacia otras que nada tienen que ver con la naturaleza. El actual desequilibrio descomunal entre la oferta y la demanda parece ser la causa. ¿Tiene esto remedio o es una batalla perdida cuya inercia no se va a poder reconducir?.
–Es cierto que cada vez mayor número de personas pueden acceder a equipos fotográficos casi profesionales y eso, unido a la pasión por la naturaleza, permite que muchos aficionados puedan realizar tomas espectaculares en esta modalidad. Personalmente creo que esto es extraordinario ya que cada día tenemos más y mejores imágenes que reflejan aspectos interesantes sobre la biodiversidad, la etología, las amenazas a las especies y a los ecosistemas etc. Muchas de estas personas participan en cursos de formación, en visitas guiadas a espacios naturales etc y requieren de especialistas que puedan formarles y aconsejarles. Creo que ésta puede ser una actividad complementaria para esos grandes profesionales.
¿Como disfrutas más, haciendo la fotos o viendo los resultados?.
–Disfruto mucho cuando veo in situ el resultado de alguna foto que me parece original. Entonces suelo pasar mucho tiempo con el mismo motivo, hasta que consigo el mejor resultado posible.
¿Sientes un orgullo especial al ser considerada la mujer fotógrafa de naturaleza más importante de España?.
–Lo de ser más o menos conocida es bastante efímero, depende de ganar algún concurso de prestigio, y lógicamente es muy agradable. Sin embargo, en el día a día, lo que más me llena de orgullo es conseguir imágenes creativas y llamativas de especies que normalmente se consideran vulgares y poco fotogénicas.
¿Porqué crees que hay tan pocas mujeres en esta disciplina fotográfica?.
–Se me ocurren muchas ideas pero ninguna en sí misma creo que sea real porque cada persona, hombre o mujer, tiene su propia personalidad y gustos y elige sus aficiones por variadas circunstancias. Es cierto, que la mayoría de mis compañeras de Biología preferían el trabajo de laboratorio al de campo y, si eso se traslada a la fotografía, explicaría que hubiera menos mujeres interesadas en captar imágenes en el medio natural. De todas formas, en nuestro país cada día es mayor el número de chicas aficionadas a esta modalidad y es probable que pronto se iguale.
¿Algún reto por alcanzar?.
–Más que un reto un sueño, tener un año sabático y dedicarme sólo a la fotografía, viajando por todo el mundo.